Luis Urzúa, el último minero en ser rescatado, celebra al salir a la superficie. A su izquierda, el presidente de Chile, Sebastián Piñera. [Foto: Associated Press] |
Minutos antes de las 10 de la noche hora local, los ojos de todo el mundo estaban puestos en la cápsula, pintada de blanco, azul y rojo —los colores de la bandera chilena— desde donde salía el último hombre rescatado, el minero Luis Urzúa, de 54 años de edad...Continúa...
Unas horas más tarde, el último de los rescatistas que quedaba de los que habían bajado a ayudar a los mineros, Manuel González, salió de la cápsula en medio de festejos y aplausos. Un poco más de 24 horas antes, González había sido el primero en descender por el pozo.
Lo que más llama la atención del rescate de los 33 mineros chilenos atrapados durante 69 días bajo la tierra fue lo fácil que pareció. La cápsula de rescate Fénix que dio a cada hombre un viaje a la libertad parecía más un elevador torcido que parte del rescate más audaz en la historia de la minería.
Nada vinculado con el rescate en la mina San José fue fácil. Cada aspecto de la misión fue pacientemente planeado y ejecutado, desde los esfuerzos iniciales para localizar a los sobrevivientes del derrumbe del 5 de agosto hasta el aporte de la NASA con respecto a la cápsula de rescate que los trajo a la superficie. De todos modos, mientras los mineros aparecían y saludaban a las autoridades y sus familiares, los chilenos reconocieron que el operativo fue bendecido con un elemento de suerte.
"Fue un 75% de ingeniería y un 25% de milagro", dijo la topógrafa Macarena Valdés. Hablaba del papel que jugó en el rescate, cuando complementó sus conocimientos científicos con un poco de instinto para guiar las perforaciones de los rescatistas en la roca, con la esperanza de encontrar vida, en los días posteriores a la desaparición de los mineros. Su método dio resultado el 22 de agosto, cuando los rescatistas hicieron un pequeño agujero en el refugio donde estaban los mineros quienes, a su vez, golpearon en respuesta.
A lo largo de la odisea de los mineros y bajo la mirada internacional, la operación de rescate de Chile se realizó con precisión quirúrgica y los mineros fueron extraídos mucho antes de diciembre, que había sido la estimación inicial del gobierno. A medida que avanzaba el rescate el miércoles, los mineros emergían a un ritmo acelerado.
Florencio Ávalos fue el primero en salir a la superficie, el miércoles justo después de la medianoche, y fue recibido con abrazos por sus dos hijos, su esposa, su padre y el presidente chileno, Sebastián Piñera. El segundo minero, Mario Sepúlveda, de 40 años, apareció más de una hora después, con su puño en alto y coreando el grito de "Chi-Chi-Chi- le-le-le Mineros de Chile".
Pronto comenzaron a aparecer cada 45 minutos, indicó un funcionario del gobierno que optó por el anonimato, y luego incluso con más rapidez. Tras el rescate del minero número 25, Renán Ávalos —de 29 años y hermano de Florencio, el primero en salir—, el funcionario afirmó: "El Fénix ahora sube y baja en alrededor de 25 minutos".
El número 17, Omar Reygadas —de 56 años y que tiene seis hijos, 14 nietos y cuatro bisnietos— salió al mediodía del miércoles. Fue su tercera vez atrapado bajo tierra.
El número 18 era Esteban Rojas, quien le había propuesto matrimonio por la iglesia "de una vez por todas" a la mujer con la que se casó en una ceremonia civil hace 25 años.
El número 21 tenía que dar explicaciones. Mientras Yonni Barrios esperaba durante semanas ser rescatado del refugio, su esposa desde hace 31 años —y el resto de Chile, a través de los medios locales— descubrieron que tenía una amante que también lo esperaba en el sitio de vigilia (Barrios estaba separado de su esposa pero le había dicho que vivía solo, según una persona al tanto de la situación).
El número 24, José Henríquez, de 55 años, había pedido que les enviaran a los mineros 33 pequeñas biblias para encabezar un grupo de plegarias.
Fuente: The Wall Street Journal
0 comentarios:
Publicar un comentario