L os Católicos más poderosos del mundo, El presidente Joseph R. Biden y el Papa Francisco hablaron para discutir los últimos acontecimientos en Israel y Gaza.
El presidente, el cual acogio con agrado la decisión del Papa de permitir bendiciones para parejas del mismo sexo, y de quien se dice tener una amistad con el Papa desde el 2021; condenó el bárbaro ataque de Hamás contra civiles israelíes y afirmó la necesidad de proteger a los civiles en Gaza. Habló de su reciente visita a Israel y de sus esfuerzos para asegurar la entrega de alimentos, medicinas y otra asistencia humanitaria para ayudar a aliviar la crisis humanitaria en Gaza. También discutieron la necesidad de evitar una escalada en la región y trabajar por una paz duradera en el Medio Oriente.
Biden es apenas el segundo presidente católico de Estados Unidos y tuvo una audiencia privada con Francisco en el Vaticano en 2021.
Su conversación de 20 minutos se produjo en Octubre del 2023 poco más de dos semanas despues que Hamás lanzara ataques que mataron a más de 1.400 personas en Israel, incluidos cientos de civiles en sus hogares, en una parada de autobús y en un festival de música.
Las fuerzas israelíes respondieron rápidamente con un bombardeo de Gaza que hasta ahora ha matado a más de 4.600 palestinos e herido a más de 14.000, informó el domingo el Ministerio de Salud de Gaza.
Mientras lanzaba cientos de ataques aéreos, Israel también cortó los alimentos, el agua, la electricidad y las medicinas en la región, intensificando la crisis humanitaria en la zona.
En la visita de Biden a Tel Aviv, el presidente reafirmó el apoyo “inquebrantable” de Estados Unidos a Israel y anunció un acuerdo para permitir que la ayuda humanitaria se desplace de Egipto a Gaza.
Desde entonces, camiones que transportaban ayuda han entrado en Gaza a través del cruce de Rafah, la única conexión de Gaza con Egipto, que había cerrado tras los ataques aéreos israelíes.
Biden también confirmó que Estados Unidos financiará 100 millones de dólares para ayudar a quienes viven en Gaza y Cisjordania.
Fuente: The White House y The Hill
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