Voy a menudo a la tienda de productos frescos más cercana. Me gusta comprar allí porque los vegetales y las frutas son de una calidad excepcional. Lo más que me gusta del Fresh Market –si no, todo–, es que los productos son cosechados orgánicamente y me encanta disfrutar de su gran sabor. Eso me llevó a reflexionar en la idea de algo “cosechado orgánicamente” lo que significa que no fue procesado utilizando abonos o pesticidas sintéticos. El resultado es un producto lo más natural e integral posible. Al meditar en este concepto me hizo darme cuenta que Dios nos llama a “crecer orgánicamente” en nuestra fe. Él desea que nuestro creer esté libre de “materiales sintéticos”.
Ser “libre de materiales sintéticos”…es un concepto interesante. Y estoy segura que la mayoría de nosotros tratamos de lograr o pensamos que lo hemos logrado la mayor parte del tiempo. Pero, ¿es así? ¿Lo logro? ¿Estoy libre de materiales sintéticos? ¿Estoy viviendo una vida espiritual orgánica o vivo una fe sintética? ¿Estoy ofreciéndole a Dios todo lo que soy o sólo aquellas partes de mí que parecen genuinas?...
“La espiritualidad requiere un contexto. Siempre. Líneas divisorias, bordes, límites. “La Palabra vino a vivir entre nosotros.” Nadie llega a ser más espiritual siendo menos materialista. Nadie llega a ser exaltado ascendiendo en un globo aerostático gloriosamente colorido. Madurar espiritualmente requiere de ejercicio, de un programa de entrenamiento diseñado a la medida para cada individuo en comunidad y luego ser vigilado continuamente y adaptado mientras se produce el desarrollo y las condiciones varían. Jamás puede ser impuesto en forma mecánica… debe ser cosechado orgánicamente…” (Extraído de la versión de Eugene Peterson, Living the Message. Traducido).
Verdaderos con Dios
Vivir una vida basada en Dios requiere que seamos verdaderos. Ser verdaderos con nosotros mismos y con Dios. Dios no desea que seamos menos de lo que somos, sino que nuestras vidas sean abundantes en Él. El crecimiento y la madurez espiritual provienen de edificar una relación integral con Dios. No es sólo saber cosas de Él. Significa conocerlo. A menudo me encuentro reconociendo que tengo mucha información acerca de Dios, pero que no he llegado a conocerlo olvidando, a veces, cuán amoroso, compasivo y lleno de gracia es Él.
Que podamos crecer conociéndolo más y más. Recordemos que Dios es amor, compasión y gracia. Él es todo eso. Que podamos darnos cuenta que podemos depender completamente de Él. Que Él anhela tener una relación auténtica y real con nosotros. Que nuestra autencididad permita que lleguemos a crecer orgánicamente en Él.
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