Migrañas en los niños: mitos y verdades (I)
Se estima que entre el 8 y el 15% de los niños sufren migrañas.
Contrario a lo que se cree, las migrañas no son exclusivamente un “mal de grandes”, sino que suelen iniciar en la infancia. Mientras que en los primeros años su incidencia es mayor en los varones (30%), en la adolescencia afecta principalmente a las mujeres (80%).
Según datos proporcionados por la Sociedad Neurológica Argentina (SNA), para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la migraña presenta un importante impacto social, personal, económico y laboral, debido a que las molestias que produce son tan incapacitantes como la psicosis, la demencia o una cuadriplejía...
Síntomas:
El dolor de cabeza no siempre es la manifestación principal de la migraña, como podría pensarse. Esto hace que a menudo se confundan los episodios migrañosos con otros males, postergando así la consulta con el especialista.
Algunos síntomas que acompañan al desarrollo de la migraña son: descomposturas, trastornos visuales, náuseas, vértigo, mareos, molestias, sueño.
Diagnóstico: ¿Cefalea o migraña?
El dolor de cabeza o cefalea es provocado generalmente por un desequilibrio de las sustancias químicas que intervienen en la irrigación y otras funciones del cerebro. Dentro de este contexto, existen dos grandes grupos: 1) Cefaleas primarias, tensionales o migrañas, en las cuales no se advierten alteraciones estructurales; y 2) Cefaleas secundarias, inespecíficas, que responden a enfermedades subyacentes agudas o crónicas.
Las cefaleas tensionales se relacionan con el estrés provocado por la escuela o por disturbios familiares. Las padecen generalmente los niños muy autoexigentes o responsables con baja tolerancia al fracaso.
Según las guías 2004 de la International Headache Society, para que una cefalea sea considerada migraña, es necesario haber padecido al menos 5 episodios con las siguientes características:
- Episodios entre 1 y 72 horas de duración.
- Presencia de náuseas y vómitos, fotofobia (intolerancia a la luz) o fonofobia (intolerancia al ruido).
- Dolor de cabeza de localización unilateral, bilateral o frontoparietal.
- De característica pulsátil.
- De intensidad moderada a severa.
- Marcados agravamientos al realizar actividades rutinarias como subir escaleras o caminar.
- Con o sin aura (síntomas de tipo oftalmológicos o sensoriales que preceden al dolor de cabeza.
Fuente:Salud.com
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