L a capellana de un hospital adventista de Alemania fue condecorada hace poco por ofrecer a las mujeres embarazadas en situaciones extremas una alternativa segura que evita que abandonen a sus recién nacidos.
Gabriele Stangl, capellana del Hospital Adventista de Waldfriede, recibió la Medalla al Mérito de la República Federal de Alemania en una ceremonia a cargo de Norbert Kopp, alcalde de Steglitz-Zehlendorf.
La «incubadora» es una caja especial, con sensores pero sin cámaras de video, donde se puede dejar a un bebé de manera anónima. «Si una madre abre la puerta y coloca el recién nacido en la cama térmica -explicó Stangl- los sensores envían una alarma retrasada a una garita, para que la madre pueda abandonar la zona sin ser detectada».
El bebé es llevado inmediatamente a maternidad, donde recibe la atención médica necesaria. Entonces se le asigna una familia sustituta. El bebé puede ser reclamado durante ocho semanas; después de ese período, ingresa al sistema de adopción.
Muchas mujeres más tarde regresan y presentan su identidad, dice Stangl. La tercera parte de esas mujeres reclama a sus bebés, pero casi todas deciden que sus hijos tengan la oportunidad de saber al menos quién es su madre, dice.
Stangl decidió crear este sistema después de asistir a una anciana de 80 años que lamentaba la muerte años atrás de su bebé, y de escuchar a otras madres con embarazos no deseados. La ciudad de Hamburgo ya tenía un refugio similar. En su tiempo libre, Stangl logró establecer el mismo programa en Waldfriede.
Stangle ha trabajado como capellana del hospital desde 1996. En 2008, la Asociación de Mujeres Adventistas le otorgó el título de "Mujer del año".
Fuente: ANN
Gabriele Stangl, capellana del Hospital Adventista de Waldfriede, recibió la Medalla al Mérito de la República Federal de Alemania en una ceremonia a cargo de Norbert Kopp, alcalde de Steglitz-Zehlendorf.
La «incubadora» es una caja especial, con sensores pero sin cámaras de video, donde se puede dejar a un bebé de manera anónima. «Si una madre abre la puerta y coloca el recién nacido en la cama térmica -explicó Stangl- los sensores envían una alarma retrasada a una garita, para que la madre pueda abandonar la zona sin ser detectada».
El bebé es llevado inmediatamente a maternidad, donde recibe la atención médica necesaria. Entonces se le asigna una familia sustituta. El bebé puede ser reclamado durante ocho semanas; después de ese período, ingresa al sistema de adopción.
Muchas mujeres más tarde regresan y presentan su identidad, dice Stangl. La tercera parte de esas mujeres reclama a sus bebés, pero casi todas deciden que sus hijos tengan la oportunidad de saber al menos quién es su madre, dice.
Stangl decidió crear este sistema después de asistir a una anciana de 80 años que lamentaba la muerte años atrás de su bebé, y de escuchar a otras madres con embarazos no deseados. La ciudad de Hamburgo ya tenía un refugio similar. En su tiempo libre, Stangl logró establecer el mismo programa en Waldfriede.
Stangle ha trabajado como capellana del hospital desde 1996. En 2008, la Asociación de Mujeres Adventistas le otorgó el título de "Mujer del año".
Fuente: ANN
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