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| Fachada de edificio bombardeada. Foto: D. Mishenin. |
“Las actitudes hacia la iglesia, Dios y el ministerio están cambiando. Muchas personas han comenzado a ver la fe de forma diferente,” comentó la Misión Adventista al Este de Ucrania en un correo electrónico....
“Las iglesias están celebrando reuniones de oración, a veces, diariamente,” se indica en el correo. “Los miembros de iglesia están más sensibles ante las necesidades y preocupaciones de otros. Les apoyan y se animan unos a otros. Se han vuelto más abiertos y receptivos a la Dios y su verdad.”
Además, la gente que había dejado de acudir a la iglesia, han regresado para adorar, y nuevas personas se están sumando en los servicios religiosos de los sábados.
La Misión carece de entradas económicas para hacer frente a los tremendos gastos que surgen por este conflicto, pero los miembros de iglesia se han vuelto más generosos a psear de sus escasos recursos. Las ofrendas se han incrementado durante cada surgimiento bélico, justo cuando la Misión necesita fondos extraordinarios para asistir a los miembros necesitados.
Los gastos imprevistos han supuesto un incremento de 100.000 grivnas ucranianas (6.035,20 €) para cubrir las necesidades básicas de los jubilados adventistas en Kramatorsk y Sloviansk cuando las pensiones de jubilación del gobierno dejaron de llegar.
“Todo este tiempo, los miembros de iglesia no han dejado de distribuir y de compartir literatura, invitando a las personas a volverse a Dios y a asistir a la iglesia,” informó la Misión.
La respuesta al esfuerzo evangelizador ha sorprendido a la iglesia.
El folleto que se distribuye, titulado “Tesoro eterno”, incluye un teléfono de contacto que solía recibir una llamada al mes. Desde el inicio de las hostilidades, recibe entre 6 a 8 llamadas cada semana, con muchas peticiones de folletos con el Padre Nuestro y el Salmo 91, que describe la seguridad de habitar en la presencia de Dios.
En Mariupol, una ciudad de medio millón de habitantes, muchas personas ahora asisten a los servicios religiosos, al punto que hay que buscar más sillas para acomodar a los nuevos asistentes. La iglesia también cuida de 11 personas que huyen de los combates en otras ciudades.
Los propios miembros de iglesia comentan cómo ha aumentado su fe.
Olga, quien asistía a la iglesia de Kramatorsk con una asistencia media de unas 25 personas cada sábado antes de que la ciudad regresase bajo el control del gobierno central de Ucrania, comentó en un servicio de culto: “Pensé en no venir a la iglesia tras el bombardeo de anoche, pero mi marido, que no es adventista, me dijo: Has estado orando a Dios, ¿de qué tienes miedo?”
Incluso en el sábado más oscuro, nueve personas se las arreglaron para llegar a la iglesia.
“Hemos sentido el poder de la oración, comprendido la importancia del arrepentimiento, y orado cada día con nuestros hermanos así como con nuestros vecinos en los sótanos durante los bombardeos,” dijo Tamara, una miembro de iglesia.
Fuente: noticias.adventista.es
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