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Ácido fólico: una vitamina esencial


La deficiencia de ácido fólico en la dieta de una mujer embarazada puede ocasionar serios problemas en la formación del bebé. Su suplementación, a través de comprimidos y alimentos fortificados, es una medida preventiva recomendada hoy día a toda mujer que planea concebir un niño.

Por qué es importante

Una de las sustancias necesarias para un desarrollo sano del feto es el folato o ácido fólico. Esta vitamina del grupo B se encuentra en verduras crudas, fruta fresca y carnes. Tiene funciones vitales, ya que actúa en la formación de los glóbulos rojos normales y en la producción de un componente esencial del ADN, la timidina.

El ácido fólico interviene en la síntesis de los ácidos nucleicos, es decir, en la división celular, por eso tiene una serie de acciones muy importantes. Hace unos diez años se descubrió la relación entre su deficiencia y los defectos del tubo neural en el feto. Estas anomalías del cierre de la médula espinal, ocurren dentro de los 30 días de vida, período durante el cual muchas mujeres ni siquiera saben que están embarazadas...

La carencia de esta vitamina, al igual que la B12, provoca en las personas una anemia grave (megaloblástica), en la que hay un escaso número de glóbulos rojos que son de gran tamaño. Los síntomas incluyen palidez, debilidad, reducción de la secreción de ácido en el estómago y lesiones nerviosas. En el feto, durante los primeros 45 días de gestación, puede provocar anomalías congénitas como la espina bífida y defectos en la formación del cerebro. La prevalencia de estas afecciones oscila entre 1 a 3 por mil nacimientos.

La espina bífida es una malformación en la que parte de una o más vértebras no se desarrolla por completo y deja sin protección una porción de la médula espinal. El riesgo de tener un bebé con este problema está estrechamente ligado a una deficiencia de folato en la dieta, especialmente al comienzo del embarazo. Algunos niños presentan síntomas mínimos, o ninguno, mientras que otros pueden tener debilidad o parálisis en las áreas por debajo del nivel de los nervios afectados.

Es probable que muchos de los abortos espontáneos se deban a malformaciones del feto por deficiencia de ácido fólico. Afortunadamente, varios estudios médicos demuestran que asegurando la administración de una buena dosis de ácido fólico en la dieta de la futura mamá estos problemas pueden evitarse en una alto grado.

Prevenir a tiempo

El déficit de ácido fólico es frecuente en las mujeres embarazadas debido a un aumento de su demanda por parte del organismo durante este período. Su suplementación medicamentosa debería indicarse siempre y previamente a la concepción. Las mujeres en edad fértil también deberían estar suplementadas para prevenir la trastornos neurológicos en el crecimiento del bebé y una mala terminación de la médula ósea, que se forma durante el primer mes de embarazo.

Si bien el folato está en vegetales de hojas, frutas frescas, hígado, cereales, legumbres, frutas secas y semillas, su absorción no siempre es la adecuada. Los tiempos de cocción de los alimentos hacen perder gran parte de los nutrientes. También hay personas con problemas congénitos de absorción, aunque básicamente los déficits se deben a dietas insuficientes o inadecuadas, por lo que toda mujer que planea tener un hijo debería ingerir 5 miligramos de ácido fólico diarios, durante al menos el primer trimestre anterior a la fecha probable de concepción y durante el trimestre posterior a ésta.

Los familiares directos del niño afectado tienen cuatro veces más riesgo de tener chicos con deficiencia de ácido fólico. A su vez, una mujer que ha tenido un bebé con déficit de esta vitamina posee tres veces más posibilidades de tener otro niño con este inconveniente que una que no lo ha tenido. Por eso, en estos casos hay que duplicar la dosis de suplementación.

Una solución económica y eficaz

Un estudio realizado en Carolina del Sur, Estados Unidos, a cargo del doctor Roger Stevenson, del Greenwood Genetic Center, demostró que al inicio de las investigaciones, en 1992, la prevalencia de los defectos del tubo neural era de alrededor de 19 casos por cada 10 mil nacimientos. En 1998, luego de una intensa campaña de concientización en la población, había disminuido a menos de 10 casos en 10 mil. El número de mujeres que consumió ácido fólico durante el estudio saltó del 8 por ciento al 35 por ciento.

Los especialistas explican que la forma de obtener los requerimientos del nutriente es a través de una dieta equilibrada, del consumo de comprimidos y de alimentos fortificados con folato.

Fuente: BuanaSalud
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