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| Foto: Natacha Pisarenko/AP |
Traducido de un informe de prensa publicado en inglés 11 de octubre 2010:
Evangélicos, adventistas y los clérigos católicos están luchando para poner la marca de su propia fe en el esperado rescate de los hombres atrapados
Es la carrera dentro de la carrera: mientras los rescatistas avanzan poco a poco hacia los mineros atrapados, iglesias rivales disputan sobre el milagro que se está haciendo.
Evangélicos, adventistas y los clérigos católicos están luchando cada cual para poner la marca de su propia fe sobre un aumento del fervor religioso como el drama se acerca a su culminación en el desierto Atacama de Chile...Continua...
Cada una de las tres denominaciones cristianas reclaman el crédito por lo que dicen es la intervención divina en la supervivencia - y el inminente rescate esperado - de los 33 hombres que han pasado 67 días bajo la tierra.
"Dios me ha hablado con claridad y ha guiado mi mano en cada paso del rescate", dijo Carlos Parra Díaz, un pastor adventista del séptimo día en la mina San José. "Él quería que los mineros se rescataran y yo soy su instrumento."
Algunas metros desde donde habló Gaspar Quintana, el obispo católico de Copiapó preparaba un altar para celebrar una misa al aire libre para una pequeña congregación de los familiares de los mineros y la tropa de cámaras de televisión. "Dios ha escuchado nuestras oraciones", dijo el obispo. "He recibido comentarios de ánimo de todo el mundo. Demos las gracias."
Un poco más arriba en la colina de Camp Hope, el improvisado asentamiento de familias de los mineros, los rescatistas, funcionarios gubernamentales y medios de comunicación, un predicador evangelical, Javier Soto, vagaban de familia en familia con una guitarra y canciones de alabanza. "Se escucha la música", dijo el pastor, señalando hacia el cielo azul.
Cada iglesia ha informado un aumento en la fe religiosa en Chile y más allá, con vigilias con velas y las comunidades en línea después de cada etapa de los preparativos para extraer los mineros, uno por uno en una cápsula llamada el ave fénix.
Díaz, un hombre intenso de 42 años de edad, vestida de negro, afirmó ser el primer clérigo para llegar a la mina y dijo que no era una coincidencia que una sonda de exploración llegó a los hombres atrapados - 17 días después del colapso de 05 de agosto - mientras él estaba orando por encima.
"La primera sonda se perdió, se enteraron que iba en la dirección equivocada, y pensaban que estaban condenados, que morirían de hambre. Pero la segunda sonda fue derecho a ellos."
Díaz movilizó sus colegas en la capital Santiago para encontrar biblias en miniatura - 7 cm de anchura - para encajar en los tubos "paloma" que entregan suministros a los hombres de abajo. Envió una a cada minero, ganándose una carta de agradecimiento de parte de José Ojeda, el encargado de perforación.
Ninguno de los mineros son adventistas pero seis tienen familiares que pertenecen a la iglesia, que cree en la inminente segunda venida de Cristo.
Díaz ganó una ventaja sobre sus rivales al obtener el permiso para dar un discurso de 10 minutos a 33 familias juntadas antes de la conferencia de cada noche dada por funcionarios del gobierno. "Yo hago trabajo macro. Yo soy el pastor de todos. Las otras iglesias hacen 'micro' de trabajo", dijo.
El pastor afirmó que su rival Católica había caminado sólo tres o cuatro veces hasta el sombrío y barroso lugar. Obispo Quintana, tras concluir una misa en la que la cantidad de las cámaras de televisión eran más numerosas que los fieles, se negó a elaborar sobre el tema de la competencia, pero dijo que había recibido correos electrónicos de apoyo desde todo el mundo. "Lo que importa es que Dios actúe a través de la ingenuidad humana para rescatar a estos hombres."
Alrededor del sitio se ven santuarios dedicados a los mineros y adornados con estátuas de santos y carteles de figuras religiosas como el Papa Juan Pablo II.
Algunos miembros de "los 33" que no eran religiosos antes, tales como Franklin Lobos, han encontrado la fe durante su terrible experiencia, dijieron miembros de familia. Cuando la mina se derrumbó el polvo llenó la cámara, borrando las luces, pero lo que parecía ser una "mariposa blanca" lo llevó hasta el refugio y seguridad, dijo su hermano, Manuel Lobo.
"Imagínese, una pequeña cosa blanca revoloteando por todo eso, llevándolo a los demás. Fue un milagro", dijo Manuel, de 67 años. "Un pastor nos dijo que se trataba de un ángel."
Fuente: guardian.co.uk y http://blogtjcompartiendo.blogspot.com/2010/10/mineros-chilenos-iglesias-rivales.html
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