Si no quiere ser violento cuando educa a su hijo tómese un tiempo para enseñarle buenos hábitos desde pequeño. Si avienta los juguetes desde la cuna en reiteradas ocasiones no los siga levantando, él debe aprender que su acción tiene una consecuencia: no podrá seguir jugando con el objeto. No se trata de convertirse en el padre más estricto pero las reglas deben ser claras recomienda Tania Carrasco, psicopedagoga...
De acuerdo a la edad, sus hijos deben aprender a asumir responsabilidades. Sí su niño tiene, entre 3 y 5 años ya puede ordenar sus juguetes y botar la basura. Para esto dígale que le dé comida al señor basurero. Si tiene mascotas enseñe a que las alimente y las limpie. Esto es una buena opción para que asuman responsabilidades.
Raquel Abad, madre de Jonatan de 5 años, cuenta que tenía que darle de comer en el lavabo, porque todo lo que comía vomitaba. Luego optó por no obligarlo y no darle golosinas ni frutas entre comidas. Finalmente, cuando el pequeño sintió hambre “dejó el plato limpió”. Carrasco aconseja que la solución no es castigar, sino dejar que asuman la consecuencia de sus actos. También ayuda a practicar hábitos y valores positivos frente a sus hijos, así logrará que su niño tome buenas decisiones con autonomía.
Si no quiere ir a clases: Establezca horarios fijos. Si su hijo se acostó a tiempo y durmió, lo necesario, se levantará con energía para ir a sus clases temprano. Compre con emoción la mochila y los útiles escolares. Cuéntele lo fabulosa que es la escuela. Esto le brindará seguridad para asistir.
Si no quiere comer: Si el niño se rehúsa a comer no lo obligue. Adviértale que no habrá comida más tarde. Que sepa cuál es la hora de comer y que debe respetarla. Hágale entender que la comida no es un juego. Si no almorzó no le brinde bocaditos para saciar su hambre. Debe asumir las consecuencias.
Si no hace deberes: Felicítelo cuando hace una tarea bien. Eso fortalecerá su actitud ante los deberes. Es posible que su niño no haya comprendido el tema del deber, por lo que requiere de una guía. Una breve explicación le ayudará a entender. Para esto puede usar materiales que hay en el hogar.
Cepillarse los dientes: Algo que ayuda es mostrarle fotos de gente con los dientes dañados o sin dientes y decirle que eso pasa cuando no se lava los dientes. Siempre dentro de un diálogo.
Usar un títere y hacer que este se lave los dientes, así el niño copiará lo que el ‘amigo’ títere está haciendo.
Si no quiere bañarse: Compre patitos y pescaditos de juguete, para animarlo a tomar un baño en un día soleado. Haga juegos. Permita que el niño escoja el champú de olor más rico para el pequeño. Aprecien juntos el aroma que tienen al bañarse. Esto le dará mayor confianza y le ayudará a generar el hábito.
Los berrinches: Se extinguen cuando son ignorados. Poner atención a los berrinches refuerza y hace que el mal comportamiento del niño aumente. Anticipar la situación y hablarle del tema que lo enoja, explicarle que de esa manera no se consigue nada. Llevarlo a realizar otra tarea.
A la hora de dormir: Lo recomendable es crear una rutina en donde poco a poco el nivel de energía del niño vaya bajando, una media hora, antes de ir a dormir. Báñelo para que se relaje. Léale un cuento e interprételo con creatividad. Su hijo sabrá que cuando está acostado es tiempo de dormir.
Si no suelta los juegos: Antes de que empiece a jugar hay que conversar y explicarle que tiene cierto tiempo para distraerse y que va a ser contabilizado. Lograr un convenio mutuo sobre esto.
La familia puede divertirse con los juegos en grupo. Creen un ‘twister’ o salgan a pasear en bicicleta juntos.
No le gusta compartir: En casa tenga una caja de juguetes para las visitas. Que su niño haga la clasificación .Esto le brindará seguridad. Anímelo a intercambiar su refrigerio, por ejemplo: una manzana por unas galletas. Enseñe que los materiales en la escuela son de todos y establezca un tiempo de uso.
Pelea con otros niños: Sepárelos y pregunte la razón de la riña .Es necesario conversar sobre qué actitud molesto a cada uno. Así logrará que tomen la iniciativa de disculparse el uno al otro. El diálogo es la clave y sus hijos deben comprenderlo. Esto ayudará a entablar relaciones sociales saludables.
Si aún utiliza pañales: Con una bacenilla en forma de animalitos o caricaturas anímelo a avisar cuando tenga ganas de orinar. Este es el primer paso para ir al sanitario. Un títere gracioso y desesperado por ir al baño lo motivará a avisar. Use la imaginación y con una media confeccione una marioneta.
No deja la pantalla: Si desea que su hijo lea o haga deporte en vez de pasar la tarde entera frente al televisor acompáñelo y pase tiempo de calidad con él. Otorgue responsabilidades y haga que las cumpla. Si usted solo amenaza con hacerle barrer y usted mismo lo hace, su palabra no vale para él.
El aprendizaje varía en cada niño: Mi mano está peleona mejor la voy a esconder, ahora mi manito solo quiere jugar”, canta Anthony Guamán, de 6 años, después de tener una riña con un compañero. Su maestra lo alejó del grupo y le pidió reflexionar. Después de 10 minutos quiere disculparse. “Sé que le dolió porque le pegué duro”, asiente.
Ana Pabón, directora de un centro en Quito, explica que hay violencia en el aula, porque no se entienden las diferencias. “Todos los niños viven un proceso de aprendizaje distinto”. Sí su hijo aprendió a sumar después de sus compañeros no cuestione sus capacidades, guíelo a que aprenda con otros materiales, como granos, pintura, plastilina.
“Los niños comprenden mejor lo que pueden tocar, sentir y oler”, señala la docente. En la escuela cada niño debe tener una responsabilidad. Uno puede repartir la pasta dental, otro ve que dejen limpio luego del recreo, otro recoge la basura, etc.
Fuente: Revista Familia
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