Hace unos 10 años, al comienzo de mi adolescencia, decidí no beber bebidas alcohólicas. Hasta aquí he sido fiel a mi promesa, de la que no me arrepiento. No hace mucho, sin embargo, leí acerca de los beneficios de beber vino con regularidad. Otros informes parecen contradecir esos hallazgos. Estoy confundido: ¿Es bueno el vino para la salud?
Nuestra sociedad se ve bombardeada por informes que afirman que la ingesta periódica de alcohol es beneficiosa para la salud. Muchos artículos en publicaciones científicas recientes han analizado los beneficios del alcohol. Sería deshonesto no reconocer que la ingesta de pequeñas cantidades de alcohol ha mostrado ser un tanto beneficiosa para las enfermedades coronarias. Esto se ha demostrado en el laboratorio al exponer al alcohol las células que recubren el interior de la pared arterial (células endoteliales). El alcohol realza algunas de las funciones de estas células.
Sin embargo, es importante recordar dos cosas. En primer lugar, esto se ha observado experimentalmente en cultivos celulares, lo que difiere de la vida real. En segundo lugar, ninguno de los beneficios coronarios vasculares se aplica a los jóvenes. Los sujetos estudiados son mayormente hombres de mediana edad o ancianos. La mayoría de los individuos ha tenido factores de riesgo de enfermedad coronaria. Los estudios han sido de observación y no aleatorios. Esto significa que no han sido diseñados para evaluar resultados posibles (futuros), por lo que su significación absoluta es cuestionable.
Como balance del argumento de los beneficios del vino tinto, debe enfatizarse que el jugo de uva negra sin fermentar ha mostrado ser significativamente beneficioso para la salud. Esto se debe a la presencia de sustancias como el resveratrol y los flavonoides, que actúan como antioxidantes. Disminuyen la coagulación y tienen un efecto positivo sobre las células endoteliales.
En segundo lugar, existen muchos aspectos negativos relacionados con el consumo de alcohol. Creo que todo el debate puede resumirse en las palabras de un editorial de una prominente publicación médica: “Los datos acerca del alcohol y las enfermedades cardiovasculares aún son correlativos, mientras que los efectos tóxicos del alcohol están bien establecidos”. El alcohol es sumamente adictivo: hasta un 15 por ciento de los bebedores se convierte en un bebedor problemático o en un alcohólico. En muchos países, incluyendo los Estados Unidos, el alcohol es la principal causa de atraso mental prevenible. Esto se debe a los efectos tóxicos del alcohol en el feto si se bebe durante el embarazo. El alcohol es la principal causa de muertes violentas, accidentes, traumatismos y enfermedades inducidas por esta toxina. Se ha mostrado que el alcohol incrementa el riesgo de padecer varios tipos de cáncer, como el cáncer de mama. El consumo excesivo aumenta también el riesgo de cirrosis hepática. Estos indeseables efectos secundarios del alcohol rara vez se mencionan, especialmente en la prensa no especializada, que es la que habla de los beneficios del alcohol. Desafortunadamente, la prensa no menciona las consecuencias sociales, físicas y emocionales del consumo de alcohol.
¿Afecta el alcohol a los grupos universitarios? He aquí algunas estadísticas convincentes que surgen de un extenso estudio de universitarios estadounidenses de entre 18 y 24 años de edad. Todos los problemas se relacionan con la ingesta de alcohol.
- 1.400 muertes de estudiantes por año.
- 500.000 estudiantes heridos intencionalmente.600.000 estudiantes atacados por otro compañero.
- 70.000 estudiantes víctimas de ataques sexuales o “violaciones por acompañante”.
- 400.000 tuvieron relaciones sexuales sin protección, y más de 100.000 de ellos estaban tan ebrios que no fueron conscientes del hecho.
- 2.100.000 de estudiantes condujeron un automóvil bajo los efectos del alcohol.
- 25 por ciento de los estudiantes universitarios afirmaron sufrir consecuencias académicas negativas como resultado del alcohol.
A la luz de estos hechos, no tiene sentido —y no representa un avance médico— sustituir una enfermedad (o muchas) por unos pocos beneficios a las arterias coronarias. Esto es particularmente cierto al pensar en terapias preventivas probadas tales como el ejercicio, el dejar de fumar, el descenso de los niveles de colesterol y una presión arterial normal, que no tienen los efectos indeseables del alcohol.
Espero que ahora estés más convencido que nunca a mantener tu decisión de no ingerir bebidas alcohólicas. Las evidencias deberían ser un aliciente, y no tendrás de qué lamentarte. La mejor manera de evitar el riesgo de llegar a ser alcohólico o de sufrir las consecuencias mencionadas es no comenzar a beber. Dios te bendiga y fortalezca en tu resolución.
Peter N. Landless estudió medicina en la Universidad de Witwatersrand, Sudáfrica. Es especialista en clínica familiar, medicina interna y cardiología, con interés especial en cardiología nuclear. Es también miembro del American College of Cardiology. El Dr. Landless es director asociado del Departamento de Ministerios de Salud de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día. Su dirección: 12501 Old Columbia Pike; Silver Spring, Maryland 20904; EE. UU.
REFERENCIAS
1. T. Wallerath, D. Poleo, Li Huige, et al., “Red Wine Increases the Expression of Human Endothelial Nitric Oxide Synthase,” Journal of the American College of Cardiology, 41(2003), 3:471-478.
2. L. Fremont, “Biological Effects of Resveratrol,” Life Science, 14 de enero, 2000, pp. 663-673; M. Serafini, G. Maini, y A. Fervo-Luzzi, “Alcohol-free Red Wine Increases Plasma Antioxidant Capacity in Humans,” Journal of Nutrition 128(6):1003-1007.
3. I. J. Goldberg, “To Drink or Not to Drink?” New England Journal of Medicine 348:2 (9 de enero, 2003), p. 164.
4. R. W. Hingson, T. Heeren, R. C. Zakocs, et al., “Magnitude of Alcohol-Related Mortality and Morbidity Among U.S. College Students Ages 18-24,” Journal of Studies on Alcohol, 63:2, Marzo 2002.
5. Goldberg, p. 164.
Fuente: Dialogo Universitario
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