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E l asunto de la ordenación de las mujeres tiene un gran potencial para “causar discordia” en la historia de la Iglesia Adventista, especialmente a partir de las últimas décadas del siglo XX. El 13 de septiembre de 2013, la Unión de los Países Bajos ordenó a la primera mujer al ministerio en su territorio,en “un día histórico para los pastores mujeres”. Además de esa actitud, las Uniones del Norte de Alemania,Columbia y Pacífico (Estados Unidos) votaron en 2012 recomendar candidatos al ministerio “sin distinción de género”. Para entender la actitud de esas Uniones y la visión de la iglesia sobre el asunto, este capítulo recapitula brevemente el tema de la ordenación de mujeres en la Iglesia Adventista...
Elena de White recomendó la ordenación de mujeres que se dedicaran al tipo de trabajo que realizan
las diaconisas: “Aquellas damas que tienen voluntad de consagrar algo de su tiempo para el servicio a Dios,
debieran ser elegidas para visitar a los enfermos, atender a los jóvenes y ministrar a los pobres. Debieran ser separadas para esta tarea por la oración y la imposición de manos. En algunos casos necesitaran el
consejo de los dirigentes de la iglesia o del pastor.”
Varias mujeres fueron ordenadas como diaconisas durante su estadía en Australia, siendo en una ocasión ordenadas por su hijo, el pastor William White.
Tres declaraciones de Elena de White a veces son usadas como evidencia de que ella apoyaba la
ordenación de mujeres. En 1898 declaró: “Hay mujeres que debieran trabajar en el ministerio evangélico.”
“El contexto de esta declaración parece indicar que estaba hablando de la participación de
las esposas de los ministros.”
En 1900, ella publicó el tomo 6 de los “Testimonios”, que incluía la sección “El colportor como obrero evangélico”. En ese contexto declaró que “…es el acompañamiento del Espíritu Santo de Dios lo
que prepara a los obreros, sean hombres o mujeres, para apacentar la grey de Dios.”
Finalmente en 1903 escribió que “…jóvenes y señoritas que debieran estar dedicados al ministerio, a la obra bíblica y al colportaje, no debieran ser puestos a realizar trabajos mecánicos.”
El contexto más amplio aquí referido es la obra de colportaje y la obra misionera, no específicamente la ordenación al ministerio evangélico.
Debemos reconocer que la Sra. White invitó a las damas a un ministerio activo (recibiendo su salario
del diezmo), a quienes se hubiesen dedicado integralmente a esta tarea, “aunque las manos de la ordenación no les hayan sido impuestas.”
Ella no estuvo involucrada en los movimientos por los derechos de la mujer. Cuando se la urgió en la
cruzada por el voto de la mujer, declinó la invitación, escribiendo a su esposo, que “mi mente no está preparada para estas cosas. Mi obra es de otro carácter.”
Durante su vida la cuestión de la ordenación femenina “no fue un asunto prioritario en su agenda. Sus mayores energías fueron dedicadas a lograr mayor unidad y espiritualidad en la iglesia.”
Al parecer, Elena de White nunca sugirió que la Iglesia Adventista del Séptimo Día comenzara la práctica de ordenar mujeres al ministerio evangélico. Su secretario, C. C. Crisler, dice que ella había sido muy cauta en este asunto.
Crisler
declaró que la hermana “White fue personalmente muy cuidadosa en relación al asunto de
ordenar mujeres como ministros del evangelio. A menudo ella habló de los peligros a los que estaría expuesta la iglesia por esta práctica, frente a un mundo opuesto a esto.” Agregó que “nunca he visto una
declaración proveniente de su pluma en la que recomienda, en forma oficial y formal, la ordenación de mujeres al ministerio evangélico, para realizar las labores públicas que se esperan de un ministro
ordenado.” El aclara que “no estoy sugiriendo con esto – y muchos menos declarando-, que las mujeres no están capacitadas para la obra pública, y que no debieran ser ordenas jamás. Simplemente estoy diciendo que, de acuerdo a mi conocimiento, la Hna. White nunca recomendó a los dirigentes de la iglesia separarse de la costumbre general de la iglesia en este asunto.”
La ordenación de la mujer en el siglo XX
En 1968, los dirigentes de la iglesia en Finlandia solicitaron oficialmente que las mujeres fueron ordenadas al ministerio evangélico. A partir de estar solicitud, ciertos sectores de la iglesia han estado
involucrados en “el intento de reconocer y celebrar los dones de las mujeres en el ministerio”.
En 1972, la Asociación de Potomac, con la participación de la Unión Columbia, en los Estados Unidos, ordenó a Josephine Benton como la primera mujer que sirviera como anciana en una iglesia local.
El Instituto de Investigación Bíblica, de la Asociación General había comenzado en 1972 un estudio sobre los roles de las mujeres en la iglesia. En 1973, un grupo de veintisiete profesores de Biblia y dirigentes de la iglesia, reunidos en Campo Mohven, Ohio, estudiaron veintinueve documentos sobre el tema. La comisión
ad hoc recomendó que las mujeres fueron ordenadas como ancianas de iglesia local, que
aquellas que tuvieran estudios teológicos fueran empleadas como “asociadas en atención pastoral”.
También se votó que “continuara el estudio acerca de la validez teológica de la elección de mujeres para
cargos locales de iglesia que requieran de ordenación”
En 1974 el Concilio Anual de la Asociación General solicitó un nuevo estudio teológico y reflexión
más profunda sobre el asunto. Se concluyó que “el tiempo no es oportuno ni maduro; por consiguiente,
en bien de la unidad mundial de la iglesia, no se debería realizar ningún movimiento en dirección de la
ordenación de la mujer al ministerio evangélico.”
En el Concilio de Primavera de la Asociación General de 1975 se votó aprobar la ordenación de mujeres como diaconisas y como ancianas de iglesia local (si “ejercía la mayor discreción y cautela”) y
alentar a las mujeres para servir como obreras bíblicas y pastores asociadas. También se votó que a las
mujeres se les otorgara sólo una licencia o credencial misionera, “poniendo así fin a cien años de otorgar
licencias ministeriales a mujeres”.
Durante las décadas de 1970 y 1980, el asunto de la ordenación femenina se mantuvo adormecido,
“cuando un mayor número de las mujeres comenzaron a servir como pastoras de congregaciones
adventistas.” Desde entonces, la iglesia ha tenido más discusiones sobre el asunto. En la década de 1980,
“numerosas congregaciones en Estados Unidos y otros lugares comenzaron a ordenar a mujeres como ancianas”. En esa década se observa que había “algunas mujeres pastoras que bautizaban a nuevos miembros”.
En 1982 se formó la Association of Adventist Women, con el propósito de trabajar por la igualdad de la mujer en la iglesia y su desarrollo en general. En 1988 fundó el comité permanente Time for Equality in Adventist Ministry para trabajar por la ordenación de la mujer en idénticas condiciones a los varones. Este comité publicó un libro que abrió el diálogo sobre el asunto.
La Comisión sobre el Rol de la Mujer en la Iglesia, fue designada por el Concilio Anual de la AG de 1984 a raíz del pedido de la Asociación de Potomac, que incluso llegó a autorizar a dos “pastoras” a realizar bautismos. En este concilio Anual, la Asociación de Potomac acordó que las mujeres dejaran de bautizar hasta que la iglesia mundial llegara a un consenso. Esa comisión se reunió por primera vez en 1985 en Washington, D.C. El Congreso de la Asociación General de aquel año en Nueva Orleans aceptó formalmente el trabajo de la comisión, y solicitó a los líderes que abrieron a las mujeres todos los aspectos de ministerio en la iglesia que no requiriesen ordenación.
La tercera Comisión sobre el Rol de la Mujer en la Iglesia, con representantes de todas las divisiones mundiales, comenzó su trabajo en 1989, rechazando el respaldo que ya había dado la División
Norteamericana, votaron “No” a la ordenación de la mujer. Sin embargo, votaron recomendar que las
divisiones pudieran autorizar a las “pastoras” a realizar bautismos y casamientos.
En el Congreso de la Asociación General en julio de 1990, en Indianápolis, fue la primera vez, desde 1881, en que la iglesia votaría sobre la ordenación de la mujer. Después de que los delegados debatieron el informe y las recomendaciones hechas por la Comisión sobre el rol de la mujer en la Iglesia, el informe estipula que: 1 La decisión de ordenar a las mujeres como pastoras no sería bienvenida ni recibiría la aprobación en la mayor parte de la iglesia mundial. 2. Las cláusulas del Manual de la Iglesia y de los Reglamentos de la Asociación General, que permiten la ordenación al ministerio evangélico, sólo sobre una base mundial, cuentan con un fuerte apoyo de las divisiones.
Los delegados hicieron fila para hablar a favor o en contra del informe. Al día siguiente votaran 1173 a favor de negar la ordenación y 377 en contra del informe. Aunque en este congreso se votó
no a la ordenación de la mujer, se acordó que las divisiones podían autorizar a las mujeres que desempeñaban trabajo pastoral a realizar bautismos.
En el Concilio Anual de 1994, se escuchó nuevamente el pedido de la División Norteamericana de
que “se ordenara a pastores de ambos sexos”.
El Concilio votó presentar ese pedido al Congreso de la Asociación General. En 1995, en Utrecht, Holanda, el asunto de mayor interés fue la ordenación de la mujer. “Lo que proponía la División Norteamericana era que la iglesia permitiera que cada división de la iglesia mundial decidiera si en su territorio se ordenaría a las mujeres que ejercían el pastorado. El presidente de la División Norteamericana hizo el pedido, dos profesores del Seminario Teológico hicieron presentaciones en contra y a favor, hubo un prolongado debate por los delegados, y después el Pr.Folkenberg hizo una corta presentación y oración. Entonces se votó 673 sí mientras que 1148 no a la ordenación. En los meses siguientes hubo, sobre todo en Norteamérica, dolor y desánimo entre lo que fuertemente apoyaban la ordenación, pero también hubo “esperanza y determinación”.
A pesar de esta decisión, el 23 de septiembre de 1995 la iglesia de Sligo, en Takoma Park, Maryland, ordenó a tres mujeres que servían en el área metropolitana de Washington. Arthur R. Torres, pastor principal, justificó la decisión diciendo que esa ordenación sólo tenía valor local.
La ordenación de la mujer a partir del siglo XXI
Varias iniciativas fueron notadas durante el fin de la década de 1990 y la década siguiente de aquellos en apoyo de la ordenacion de la mujer. Cuando el pastor Jan Paulsen asumió la presidencia de la Asociación General, dijo que “la iglesia ya consideró largamente ese punto. Soluciones en asuntos como este son encontrados en la base de consulta al cuerpo representativo de la iglesia.”
Aunque en el Concilio de la Asociación General de junio de 2010, en Atlanta, (Estados Unidos) el asunto de la ordenación no haya sido discutido, fue votada la ordenación de diaconisas para el campo mundial. Esta decisión fue incluida en el Manual de Iglesia.
A pesar de la sugerencia equilibrada del pastor Paulsen la Unión de Columbia, en los Estados Unidos, en una decisión unilateral, votó el 29 de julio de 2012, ordenar pastores “sin distinción de sexo” Poco después la Unión del Pacífico tomó la misma decisión.
Frente a esto, el 7 de agosto, los líderes de la Asociación General dieron a conocer “Un llamado a la unidad en Cristo”, instando a todas “las uniones asociaciones de la denominación a rechazar el "unilateralismo" a la hora de decidir los reglamentos de ordenación. Los directivos de la iglesia mundial y
los trece presidentes de las divisiones dieron a conocer la declaración.”
Entre otras cosas, el documento decía: “Dado que la Junta Administrativa de la Asociación General ya ha votado e iniciado el estudio más abarcante de nuestra historia sobre el tema de la ordenación, que incluirá el estudio de la ordenación de la mujer, el voto de la Unión del Pacífico de otorgar la ordenación ministerial “sin distinción de sexo” se adelanta al proceso votado para el estudio actual de la teología y prácticas de la ordenación…
El voto expresa asimismo una falta de confianza en la integridad del proceso general aceptado y votado por los administradores y el personal de la Asociación General, los directivos de las divisiones, y los pastores y laicos de todas las divisiones mundiales que cumplen funciones en la Junta Directiva de la Asociación General, que incluye a los presidentes de las 125 uniones que representan a la iglesia mundial, en relación con nuestra manera de enfrentar los desafíos comunes. Asimismo, el voto es contrario a los Reglamentos Eclesiástico-Administrativos de la Asociación General, y deja de lado las decisiones de los Congresos de la Asociación General de 1990 y 1995 en relación con la práctica de la ordenación.
”El 18 de septiembre de 2012 los líderes de la Iglesia votaron establecer una Comisión de Estudio sobre la Teología de la Ordenación, con el objetivo de presentar un informe al Concilio Anual 2014. La comisión es una respuesta directa a un pedido presentado durante el Congreso de la AG de 2010 que solicitó que la iglesia llevara a cabo un estudio sobre la teología de la ordenación.
Con base a los resultados del estudios “en el Concilio Anual de 2014, la Junta Directiva de la denominación podría decidir recomendar que se tome un voto al respecto en el Congreso de la AG de 2015 en San Antonio (Texas,Estados Unidos).” Artur A. Stele, director del Instituto de Investigaciones Bíblicas y vicepresidente de la Asociación General, preside la nueva comisión que estud
iará “en primer lugar, la teología de la ordenación, lo que es o no es la ordenación…y determinar cuáles son las implicaciones para las prácticas de la iglesia con un énfasis especial en la ordenación de la mujer”.
El Concilio Anual de la AG en octubre de 2012, aprobó un documento expresando la desaprobación de los votos independientes de las uniones.
En su reunión de julio de 2013, varios puntos de vista fueron expresados por los miembros
de la Comisión de Estudio sobre la Teología de la Ordenación (TOSC), entre los días 21 al 24 de julio de 2013, de parte de los que apoyan la ordenación de la mujer y de los que se oponen a esa práctica.
Ted N. C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista mundial y miembro
ex-oficio de la comisión, celebró la cordialidad del evento: “Durante estas sesiones, el Espíritu Santo brindó un marco de una atmósfera respetuosa y cortés en la cual estudiar lo que tienen que decir la Biblia y el espíritu de profecía sobre el tema”, dijo, y pidió a los miembros que “por favor oren por todos los que han participado, en un momento en que buscan seguir la orientación divina”.
Los miembros de la TOSC volverán a reunirse en enero de 2014 para una sesión de cinco días, en los que se evaluarán los trabajos presentados y se establecerá el camino a seguir en el proceso de estudio. La comisión también recibirá informes de cada una de las Comisiones de Investigación Bíblica que al mismo tiempo están estudiando el tema a nivel regional, en cada una de las Divisiones de la Iglesia.
A pesar del trabajo de la comisión, decisiones han sido tomadas aisladamente. Los dirigentes de la Iglesia Adventista en Dinamarca votaron en octubre de 2013 “paralizar la ordenación de todos los nuevos ministros (pastores) hasta el Congreso Mundial de la Asociación General de la Iglesia Adventista en julio de 2015." Yendo más allá, la iglesia de la Unión Danesa, “no hará distinción de género cuando nombre pastores, y desea ver igualdad entre los géneros en todas las áreas de responsabilidad”, según una declaración votada en la Unión el pasado 12 de mayo de este año. Frente a eso, “hay mucha expectación de que los delegados del Consejo Anual de 2014 hagan una recomendación de propuesta basada en sus averiguaciones, para ser presentada en el Congreso Mundial de la Asociación General en 2015”. Si esta recomendación se hace realidad, este Congreso causará un gran interés por el tema de la ordenación de las mujeres.
Ribamar Diniz
es escritor y editor, con seis libros publicados. Es Bachiller en Teología, Licenciado en Religión (INTA-Brasil) y Diplomado en Investigación Científica (Escuela de Postgrado-UAB). Está concluyendo su preparación ministerial en el SALT-Bolivia, donde fue secretario del Centro White (2010-2012). Actualmente es el vicepresidente de la Sociedad Estudiantil Honorífica de Investigación Teológica, editor de la revista Doxa y de los enlaces www.benditaesperanca.blogspot.com y www.bo.academia.edu/RibamarDiniz.
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Fuente: Academia.edu
hola, entonces la mujer puede o no predicar en la iglesia aunque no sea ordenada? saludos!!
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