E l noviazgo involucra la intención de casarse y establecer una relación permanente, por lo tanto debe ser tomado con la mayor seriedad. Aquí tenemos los ultimos cinco principios que serán útiles...
5. Evita las relaciones sexuales.
El sexo es uno de los regalos de Dios a la raza humana, pero es un regalo reservado para vivirlo dentro de los límites del matrimonio. La relación fuera del matrimonio es fornicación, cuando se hace con otra persona soltera, o adulterio cuando se lleva a cabo con una persona casada. En ambos casos es inmoral, y Pablo emite la severa advertencia: “huyan de la inmoralidad sexual” (1 Corintios 6:18 NVI). Ni la cultura, ni la permisividad moderna son una excusa para consentir en tener relaciones sexuales durante el noviazgo. Deberías trazar una línea mental y espiritual entre el noviazgo y el sexo, y tomar cuidado de no cruzarla.
Las tentaciones pueden asediarte, pero necesitas resistir con firmeza de carácter y madurez cristiana. Dios en su sabiduría ha dado el sexo como un regalo a los seres humanos parael matrimonio. Aunque durante el noviazgo hay una tendencia a que aprecies la compañía de quien será tu cónyuge, ese aprecio debe respetar los límites de la conducta bíblica. Mantente lejos de las fiestas nocturnas, clubes y espacios de entretenimientos que te empujan hacia lo malo.
Mantente alerta y nunca te consideres un gigante espiritual; recuerda que muchos gigantes han caído; incluso algunos cuyas historias están en la Biblia. No digas tampoco “confío en mí mismo”. Cuando confías en “ti” en lugar de confiar en Dios, la raíz del fracaso está siendo plantada. No sorprende que Salomón aconseje: “Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia” (Proverbios 3:5).
Elena White advierte: “No procure saber cuán cerca del precipicio puede andar sin caer en él. Evite la primera aproximación al peligro. No se puede jugar con los intereses del alma. Su capital es su carácter. Aprécielo como si fuera un áureo tesoro. La pureza moral, el respeto propio, un gran poder de resistencia, son cosas que deben retenerse firme y constantemente. No debe haber una sola desviación de la reserva, pues un solo acto de familiaridad, una sola indiscreción, puede exponer el alma a la perdición al abrir la puerta a la tentación y debilitar el poder de resistencia”.(El hogar adventista, p. 367)
6. Habla siempre la verdad.
En el noviazgo se valora y respeta mutuamente la honestidad y la verdad. Algunas veces la tendencia a aparecer de la mejor manera, puede llevarnos a mentir o a exagerar para reforzar el ego de la otra persona. Puede existir también la tentación de halagar o decir “pequeñas mentiras” para encubrir. “Todo cuanto hacen los cristianos debe ser transparente como la luz del sol”, (El Discurso Maestro de Jesucristo (Pacific Press Publ. Assn., 1972, p. 44.) dice Elena White. Tu transparencia durante el noviazgo será un recurso de respeto para ti durante el matrimonio.
Una persona que miente durante el noviazgo probablemente no cambie su comportamiento en el matrimonio. Por lo tanto, habla la verdad tal cual es. Un compañero temeroso de Dios te apreciará por decir la verdad en toda ocasión. Él o ella te verá como alguien en quien se puede confiar. Sé suficientemente valiente como para decirle la verdad acerca de ti, tu trabajo, tu estatus social, tus ingresos, tu historia familiar, tu lugar de nacimiento, tu contexto cultural y tu nivel de logros educativos. Por ejemplo, no le digas a ella que tu padre es el director de un banco cuando no lo es. No le digas a él que eres virgen si no lo eres. Cuando la mentira se descubre, puede surgir un problema de confianza en la relación marital.
7. Alégrate por lo que tienes.
Toda la sociedad está estratificada: los pobres, la clase media, los ricos y los aristócratas. No existe sociedad en la cual todos sean ricos o pobres. Cualquiera sea tu posición, siéntete satisfecho con la misma y trabaja fervorosamente con oración para mejorar tus condiciones. No te estreses comprando algo llamativo o ropas costosas con el objetivo de impresionar a la otra persona. Aunque tengas estas cosas, no hagas de las mismas, objeto de atención. Te estás casando con una persona y no con sus posesiones. Deja que lo material tenga una importancia secundaria. Aunque debemos mostrar aprecio uno por el otro en días especiales, centra ese aprecio en amor, y no en grandes regalos a un costo enorme. Una tarjeta de crédito sobrecargada no compra amor. Pero un corazón feliz habla en alta voz del cuidado del uno por el otro.
8. Siempre busca a Dios.
Durante el noviazgo necesitas buscar el rostro del Señor quizás más que en cualquier otra etapa de tu vida. A través de la oración mantente en contacto constante con Dios. Esto es necesario ya que estás entrando en una relación que tiene consecuencias eternas y que termina solamente con la muerte. Cada paso que tomes, cada decisión, corrección, reclamo, pelea, discusión o deseo debe ser presentado a Dios en oración pidiendo su ayuda y orientación. Asimismo cada salida juntos, cada gasto por él o ella, y cada actividad compartida, debe ser entregada en oración. Si deseas un noviazgo sabio e inteligente, dale espacio a Dios.
El noviazgo y el matrimonio son como un viaje en que los dos involucrados deben caminar sabiamente y con cuidado. Si ambos confían en Dios y lo colocan a él cómo lo primero y más importante en todos sus pensamientos, planes y acciones,
Dios bendecirá ese noviazgo para que florezca en una fragante flor llamada matrimonio.
Sobre el autor:
Chimezie Omeonu (PhD., University of Ibadan) es profesor de Psicología Educativa y ha servido como vicerrector académico en Babcock Univerity,Nigeria. Es el autor de Marrying for True Marriage, Before You Say i Do, y otros tres libros devocionales. E-mail: dromeonu_032000@yahoo.com.
Fuente: Dialogo Universitario
5. Evita las relaciones sexuales.
El sexo es uno de los regalos de Dios a la raza humana, pero es un regalo reservado para vivirlo dentro de los límites del matrimonio. La relación fuera del matrimonio es fornicación, cuando se hace con otra persona soltera, o adulterio cuando se lleva a cabo con una persona casada. En ambos casos es inmoral, y Pablo emite la severa advertencia: “huyan de la inmoralidad sexual” (1 Corintios 6:18 NVI). Ni la cultura, ni la permisividad moderna son una excusa para consentir en tener relaciones sexuales durante el noviazgo. Deberías trazar una línea mental y espiritual entre el noviazgo y el sexo, y tomar cuidado de no cruzarla.
Las tentaciones pueden asediarte, pero necesitas resistir con firmeza de carácter y madurez cristiana. Dios en su sabiduría ha dado el sexo como un regalo a los seres humanos parael matrimonio. Aunque durante el noviazgo hay una tendencia a que aprecies la compañía de quien será tu cónyuge, ese aprecio debe respetar los límites de la conducta bíblica. Mantente lejos de las fiestas nocturnas, clubes y espacios de entretenimientos que te empujan hacia lo malo.
Mantente alerta y nunca te consideres un gigante espiritual; recuerda que muchos gigantes han caído; incluso algunos cuyas historias están en la Biblia. No digas tampoco “confío en mí mismo”. Cuando confías en “ti” en lugar de confiar en Dios, la raíz del fracaso está siendo plantada. No sorprende que Salomón aconseje: “Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia” (Proverbios 3:5).
Elena White advierte: “No procure saber cuán cerca del precipicio puede andar sin caer en él. Evite la primera aproximación al peligro. No se puede jugar con los intereses del alma. Su capital es su carácter. Aprécielo como si fuera un áureo tesoro. La pureza moral, el respeto propio, un gran poder de resistencia, son cosas que deben retenerse firme y constantemente. No debe haber una sola desviación de la reserva, pues un solo acto de familiaridad, una sola indiscreción, puede exponer el alma a la perdición al abrir la puerta a la tentación y debilitar el poder de resistencia”.(El hogar adventista, p. 367)
6. Habla siempre la verdad.
En el noviazgo se valora y respeta mutuamente la honestidad y la verdad. Algunas veces la tendencia a aparecer de la mejor manera, puede llevarnos a mentir o a exagerar para reforzar el ego de la otra persona. Puede existir también la tentación de halagar o decir “pequeñas mentiras” para encubrir. “Todo cuanto hacen los cristianos debe ser transparente como la luz del sol”, (El Discurso Maestro de Jesucristo (Pacific Press Publ. Assn., 1972, p. 44.) dice Elena White. Tu transparencia durante el noviazgo será un recurso de respeto para ti durante el matrimonio.
Una persona que miente durante el noviazgo probablemente no cambie su comportamiento en el matrimonio. Por lo tanto, habla la verdad tal cual es. Un compañero temeroso de Dios te apreciará por decir la verdad en toda ocasión. Él o ella te verá como alguien en quien se puede confiar. Sé suficientemente valiente como para decirle la verdad acerca de ti, tu trabajo, tu estatus social, tus ingresos, tu historia familiar, tu lugar de nacimiento, tu contexto cultural y tu nivel de logros educativos. Por ejemplo, no le digas a ella que tu padre es el director de un banco cuando no lo es. No le digas a él que eres virgen si no lo eres. Cuando la mentira se descubre, puede surgir un problema de confianza en la relación marital.
7. Alégrate por lo que tienes.
Toda la sociedad está estratificada: los pobres, la clase media, los ricos y los aristócratas. No existe sociedad en la cual todos sean ricos o pobres. Cualquiera sea tu posición, siéntete satisfecho con la misma y trabaja fervorosamente con oración para mejorar tus condiciones. No te estreses comprando algo llamativo o ropas costosas con el objetivo de impresionar a la otra persona. Aunque tengas estas cosas, no hagas de las mismas, objeto de atención. Te estás casando con una persona y no con sus posesiones. Deja que lo material tenga una importancia secundaria. Aunque debemos mostrar aprecio uno por el otro en días especiales, centra ese aprecio en amor, y no en grandes regalos a un costo enorme. Una tarjeta de crédito sobrecargada no compra amor. Pero un corazón feliz habla en alta voz del cuidado del uno por el otro.
8. Siempre busca a Dios.
Durante el noviazgo necesitas buscar el rostro del Señor quizás más que en cualquier otra etapa de tu vida. A través de la oración mantente en contacto constante con Dios. Esto es necesario ya que estás entrando en una relación que tiene consecuencias eternas y que termina solamente con la muerte. Cada paso que tomes, cada decisión, corrección, reclamo, pelea, discusión o deseo debe ser presentado a Dios en oración pidiendo su ayuda y orientación. Asimismo cada salida juntos, cada gasto por él o ella, y cada actividad compartida, debe ser entregada en oración. Si deseas un noviazgo sabio e inteligente, dale espacio a Dios.
El noviazgo y el matrimonio son como un viaje en que los dos involucrados deben caminar sabiamente y con cuidado. Si ambos confían en Dios y lo colocan a él cómo lo primero y más importante en todos sus pensamientos, planes y acciones,
Dios bendecirá ese noviazgo para que florezca en una fragante flor llamada matrimonio.
Sobre el autor:
Chimezie Omeonu (PhD., University of Ibadan) es profesor de Psicología Educativa y ha servido como vicerrector académico en Babcock Univerity,Nigeria. Es el autor de Marrying for True Marriage, Before You Say i Do, y otros tres libros devocionales. E-mail: dromeonu_032000@yahoo.com.
Fuente: Dialogo Universitario
Gracias por esos hermosos consejos...
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