La ceremonia oficial de aperture de la Plaza Martín Lutero. [Fotografía de A. Mazza] |
“Es un momento importante para los adventistas, bautistas, luteranos, metodistas, del Ejército de Salvación y valdenses, que han promovido y trabajado por este día, y por el mundo protestante”, dijo Dora Bognandi, vocera de la Comisión de Iglesias Evangélicas de Roma y directora asociada del departamento de Asuntos Públicos y Libertad Religiosa de la Iglesia Adventista en Italia, en su mensaje ante los presentes. “Es un momento importante para los europeos, porque la Reforma de Martín Lutero influyó fuertemente en la cultura occidental, y para las instituciones italianas también. Y es importante para la Iglesia Católica, porque “las minorías a menudo juegan un papel de conciencia crítica que fomenta los cambios”, añadió.
Roma no podría haber escogido un mejor lugar para honrar a Martín Lutero. Es una hermosa plaza que sigue el perímetro de una gran fuente circular que permite sentarse y relajarse. Ahora es una fuente seca, pero muchos esperan que de ella pronto comience a brotar agua, una imagen del evangelio que recuerda a Cristo como el agua viva, el Salvador y libre don de Dios. Martín Lutero redescubrió en las Escrituras la salvación por la gracia y devolvió la esperanza a cada hombre y mujer.
Muchos representantes de las instituciones, las iglesias cristianas y otras confesiones religiosas asistieron al histórico evento: el embajador de Alemania en Italia, Susanne Wasum-Rainer; la Embajadora de Alemania ante la Santa Sede, Annette Schavan; una delegación del parlamento de Berlín; Jutta Fischer, alcaldesa de Eisleben, el pueblo natal de Lutero; el alcalde de Roma, Ignazio Marino, y varios pastores y líderes adventistas.
“Realmente nos agrada haber contribuido a este reconocimiento como Iglesia Adventista”, dijo el presidente Stefano Paris a Notizie Avventiste. “Contribuimos a traer a Roma el nombre de Martín Lutero, el padre de la Reforma Protestante. Podemos decir que por medio de esta plaza nosotros también estamos representados como una minoría evangélica en esta importante ciudad capital que reconoce a un hombre que amó y se entregó por completo a la Biblia. Este gran evento es también un reconocimiento al mundo protestante. Es un momento histórico”.
Antes de descubrir la placa, el alcalde Marino recordó las últimas palabras que escribió Lutero antes de morir: “Todos somos mendigos, esto es verdad”.
Un prolongado aplauso acompañó el paño bordó y amarillo que cayó para revelar el mármol blanco grabado con el nombre de la plaza. Fue un momento emocionante que produjo que de manera espontánea, los presentes comenzaran a cantar el himno “Alabad al Señor, al Señor de la gloria”.
“El gesto de hoy muestra que Roma respeta todas las religiones. Es más fácil desbaratar un átomo que un prejuicio, dijo Einstein. Bueno, aquí hemos destruido algunos prejuicios”, dijo Marino.
Fuente: ANN
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