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Cómo ser el/la mejor presentando la historia para niños



Por: Marvin Hunt 


L a mayoría de nosotros tenemos miedo de hablar en público. Si a eso le sumamos un grupo de niños que se retuercen con una capacidad de atención de milisegundos y varios bebés gateando alrededor de tus pies, tendrás un verdadero desafío al compartir una historia para niños. ¿Cómo contar una buena historia para niños, una la cual mantenga su atención? Lo que sigue son algunas cosas que he aprendido en mis más de 30 años de ministerio mientras buscaba hacer precisamente eso. 

DÓNDE EMPEZAR 

Empiece por aceptar que hay pocos narradores natos, pero la mayoría de nosotros aprendemos por las malas. Dominamos el arte de contar historias del mismo modo que aprendemos una materia en la escuela. Memorizamos lo básico y luego pasamos a hacer lo que hemos aprendido. La perfección viene con la práctica. Recuerdo vívidamente la primera vez que me paré frente a un grupo de jóvenes en una pequeña iglesia en Ohio y temblé de miedo mientras leía una historia palabra por palabra de un libro. Los jóvenes, la congregación y yo nos sentimos muy aliviados cuando terminó la historia. Sin embargo, este fue el comienzo de una experiencia que ha sido muy gratificante y gratificante porque aprendí mucho de ella. 

Convertirse en un buen narrador tiene mucho que ver con la actitud. Prefiero utilizar el término jóvenes cuando me dirijo a un público joven. Llamarlos niños, niños u otros términos similares puede estar bien a veces, pero he descubierto que si tratas a los jóvenes con respeto y dignidad, responderán positivamente. Descubrirás que sus actitudes se convierten en un reflejo de las tuyas. 

Además, si bien las lecciones de cuentos no son entretenimiento, serán más efectivas si son entretenidas. Las lecciones de cuentos, como vehículos de enseñanza, pueden inspirar a los jóvenes a desarrollar las cualidades de carácter que los motivarán a ser jóvenes cristianos sólidos y ciudadanos honorables. 

OBJETIVOS Y FILOSOFÍA 

Debes tener un objetivo definido en el que construir un punto de construcción de carácter basado en una referencia específica de las Escrituras vinculada a una experiencia de la vida real. Hay tres pasos a seguir para organizar una historia. Primero, determine el tema, luego seleccione un tema y, finalmente, haga una propuesta en torno a la cual construir su historia. 

Tenga en cuenta también que los jóvenes son seres humanos en desarrollo, así que mantenga la historia infantil breve y sencilla. Además, aunque se retuerza mucho, parezca distraído o le dé respuestas “tontas” si le hace una pregunta, nunca los avergüence. 

Los niños aprenden en un proceso que los lleva desde objetos que pueden tocar y sentir hasta cosas más abstractas. Por ejemplo, un niño entenderá que la palabra perro se refiere a la mascota de la familia. Con el tiempo, el niño comprende que los perros pertenecen a un grupo aún mayor llamado animales. A medida que avanza el proceso de aprendizaje, el niño comprende conceptos más elevados y abstractos como el bien, el mal, la belleza y la verdad. La sabiduría convencional sugiere que la mayoría de los niños no pueden captar una abstracción hasta que tienen alrededor de siete años. ​

CONOCE TU COMPETENCIA

Date cuenta de a qué te enfrentas. Los niños de hoy pasan horas frente al televisor, jugando videojuegos y navegando por Internet. El narrador pierde su eficacia después de cinco a siete minutos, principalmente debido a una menor capacidad de atención. Se cree que una persona promedio verá unas 30.000 historias electrónicas antes de cumplir los 21 años. Sin embargo, esto no le da al narrador una razón para darse por vencido y simplemente copiar la competencia. En cambio, contar historias se convierte en una oportunidad para mostrar a los jóvenes mejores alternativas.

Para convertirte en un maestro narrador, considera los aspectos positivos o negativos de tu historia. Ciertamente, hay lecciones difíciles que aprender de la desobediencia, pero también hay formas positivas de presentar las mismas lecciones. El punto es obvio: si sus lecciones de historia hablan sólo de castigos, heridas y percances, pronto se convertirán en sermones moralizantes, secos y sin jugo, que los jóvenes temerán. De hecho, existe un lugar para lecciones sombrías basadas en la realidad, pero deben estar generosamente rodeadas de mensajes positivos y optimistas. Las lecciones de tu historia deben alternar entre positivas y negativas para una presentación más equilibrada. Sin embargo, lo más importante es poner énfasis en lo positivo.

MÉTODOS

Si está contando la historia de otra persona, léala en voz alta para usted mismo y compártala solo si usted mismo puede disfrutarla y apreciarla. Modifica la historia para que se ajuste a tu personalidad. Hay muchas variedades de narradores exitosos. Una persona puede sentirse cómoda arrastrándose por el suelo, ladrando como un perro, mientras que a otra le repugna completamente la idea. No existen reglas establecidas al respecto, ni ningún método que funcione para todos.

Hable directamente con los niños, no con los adultos. Utilice un lenguaje apropiado para su edad. Si debe utilizar una palabra grande, explique el significado. Describe cómo lucen los personajes, la ropa que visten y cómo actúan. Describe la acción de la historia como si la vieras en una serie de imágenes. Intenta ver, vivir y sentir tu historia.

Para ser un orador más eficaz, párese donde los jóvenes puedan verlo y hable de manera que puedan escucharlo. Siempre que sea posible, utilice accesorios sencillos o ayudas visuales: “Déjelo claro; Usa tanto el ojo como el oído”. Cuanto más familiar sea el objeto que utilice, más a menudo recordarán la lección. Por ejemplo, “Cada vez que veas el sol brillando, piensa en Jesús, la Luz del mundo”.

Una historia es básicamente un mosaico de palabras, tejidas por el narrador. Muchas lecciones de historias muy efectivas a menudo comienzan con una declaración que construye un puente relacional. Por ejemplo, “Cuando tenía más o menos tu edad, yo. . .” No te preocupes si la comparación de edades no es perfecta; Los jóvenes no tendrán problemas para imaginarse en su lugar.

Los expertos nos dicen que el 40 por ciento de lo que aprenden sus oyentes proviene de la comunicación no verbal. Esto incluye el lenguaje corporal, la ropa, el peinado y otros factores similares. El uso de su cuerpo para comunicarse se vuelve crucial. Establecer contacto visual con los jóvenes es lo primero que debes hacer. Deben saber que usted está hablando personalmente con cada uno de ellos. Tus gestos deben ser naturales y apropiados a la historia que estás contando. Los seis gestos básicos de las manos incluyen advertir, apretar el puño, rechazar, dividir, dar o recibir y señalar. Estos, junto con los gestos de la cabeza, los hombros y las expresiones faciales, deben practicarse hasta que se conviertan en una parte natural de su presentación.

Usa tu cara como imagen de tu historia. Si la historia es triste, luce triste; Si la historia es feliz, aparenta ser así. Esto puede requerir algo de práctica, pero si vives tu historia, naturalmente se reflejará en tu rostro y los jóvencitos responderán de inmediato. Mucha gente utiliza un espejo o una cámara de vídeo como ayuda para practicar todos los gestos. Como en todas las artes, a través de la práctica se perfecciona. Un buen punto de partida, si tienes jóvencitos en casa, es practicar contándoles tu propia historia personal.

Ponerse un sombrero, un par de guantes, una bufanda o algún accesorio apropiado (tonto o no) puede inspirar la imaginación sin siquiera decir una palabra. Además, los jóvenes de todas las edades siempre responden a mucha acción y presentaciones en las que pueden participar. Les gustan las cosas prácticas que pueden tocar y sentir. Esto es especialmente cierto en el caso de animales vivos y mascotas. Si puedes ponerlo en un saco y hacer sonar la bolsa unas cuantas veces, siempre tendrás toda la atención de tus jóvenes. Las personas memorizan y ponen en práctica aproximadamente el 10 por ciento de lo que oyen, el 50 por ciento de lo que ven y el 90 por ciento de lo que hacen. No se puede dejar de enfatizar la necesidad de un aprendizaje práctico. Es casi imposible que una persona olvide una gran lección objetiva en la que participó.

CONSEJOS DE PRESENTACIÓN

Los principiantes deberían considerar seriamente la posibilidad de utilizar un asistente para ayudar a contar la historia. Los principiantes, especialmente los que están nerviosos e inseguros, encuentran muy reconfortante tener a alguien cerca que les avise si olvidan un detalle de la historia. Siempre es una buena idea escribir un esquema en una pequeña tarjeta que se sostiene en la palma de la mano, al igual que las tarjetas de referencia colocadas en el suelo. Incluso si no los utilizas, la seguridad de saber que están ahí te ayudará a ser un mejor narrador.

Hay otra razón para utilizar un asistente. A menudo los padres esperan milagros de los narradores y traen a los más pequeños para que escuchen la historia. Sonríen, sientan al bebé y lo dejan desatendido bajo su cuidado. Dado que la mayoría de sus lecciones de cuentos estarán dirigidas aproximadamente a niños de 5 a 12 años, los bebés y los niños pequeños son una tarea imposible. Un asistente puede ser invaluable para asegurarse de que la mayoría de los niños escuchen su historia.

Y nunca olvides la posibilidad de que si algo puede salir mal, saldrá mal. Esto se aplica especialmente a las ayudas o accesorios visuales. Así que manténgalos lo más simples posible y asegúrese de probarlos de antemano. A los jóvenes no les impresiona la afirmación: “Bueno, pensé que esto funcionaría”.

DESPUÉS DE CONTAR LA HISTORIA

Recibe críticas constructivas. ¿Fue demasiado corto, demasiado largo o simplemente aburrido? ¿Usaste demasiadas palabras grandes? ¿Tu historia estaba más allá de la experiencia del mundo de un niño? ¿Fue buena la historia? Si es así, ¿qué lo hizo bueno? Pregúntale a tu crítico: "Si pudieras cambiar la historia, ¿qué habrías cambiado?" Sobre todo, aprenda de sus experiencias, pero no se tome demasiado en serio su narración. Si te equivocaste con la trama, es probable que los jóvenes nunca lo supieran. Continúe intentando desarrollar sus habilidades hasta convertirlas en lo que deberían ser: un vehículo que le permitirá reír y divertirse con un gran grupo de jóvencitos, mientras les enseña principios que afectarán positivamente sus vidas para siempre.

OTRAS FUENTES DE LA HISTORIA

La vida está llena de lecciones de historias para desarrollar el carácter. El problema es encontrar buenas lecciones de historias y luego poder presentarlas de una manera inolvidable. Las mejores lecciones de historias provienen de la vida cotidiana, utilizando ejemplos cotidianos, tal como lo hizo Jesús.

Después de encontrar una historia con potencial, haga las preguntas Quién, Qué, Cuándo, Dónde y Cómo. En aras de la precisión, asegúrese de anotar la información. Si bien es posible que no abundan las buenas lecciones de historias reales, una persona diligente puede aprender una buena aquí y allá y luego pulirlas hasta convertirlas en tesoros que los jóvenes siempre recordarán.

También hay muchos libros que contienen una excelente colección de cuentos y sermones infantiles semanales. Consulta librerías cristianas a nivel nacional y online. Y por supuesto, estos días encontrarás abundante material para examinar en Internet.

Pautas para el narrador infantil

1. Utilice palabras que entiendan los niños de entre tres y ocho años.

2. La duración de la historia no debe exceder de cinco a siete minutos.

3. Siéntate al nivel de los niños.

4. Nunca leas la historia de un libro u otra fuente. Cuente siempre la historia.

5. Conozca el tema del sermón y haga que su historia enfatice el tema. Llame al pastor para obtener detalles sobre el tema del día.

6. Aprovecha el primer minuto para dirigir su atención hacia ti. Esto se puede hacer mediante ayudas visuales, lenguaje corporal o su voz. Establezca y mantenga contacto visual desde el principio.

7. Evite comentarios secundarios a los adultos. La historia es para los niños.

8. Elija historias con las que los niños puedan identificarse. Evite historias que sean espantosas, cuentos de hadas o que estén más allá de sus años de experiencia.

9. Al preparar su historia, decida algo que quiera que los niños sepan y qué quiere que hagan al respecto. Enfoca tu historia hacia ese fin. Mientras usa la Biblia, (a) use una escritura clave, (b) use versiones familiares con palabras que los niños puedan entender, (c) repita el versículo tantas veces como sea apropiado: puede ser al principio, a la mitad o al final de la historia y (d) anímelos a que la repitan con usted.

10. Utilice tantos modos sensoriales como sea apropiado. Déjeles ver, oír, tocar, saborear y oler. No es necesario utilizarlos todos en una sola historia.

11. No utilice metáforas, ya que algunos niños no entenderán la conexión figurativa entre dos temas aparentemente no relacionados (como “el estómago del niño era un pozo sin fondo”).

12. Si les da algún tipo de regalo para ayudar a los niños a recordar el punto de la historia, manténgalo simple y entréguelo al final de la historia. Nunca le dé comida a menos que esté sellada. Si esto los distraerá a ellos o a otras personas del sermón, dígales que no lo abran hasta después del servicio.

—Proporcionado y adaptado de la Iglesia Adventista del Séptimo Día Capital Memorial, Washington D.C., Estados Unidos.

CONCLUSIÓN

Compartir lecciones de historias e inspirar a los jóvenes a desarrollar las cualidades de carácter que los motivarán a crecer y convertirse en cristianos sólidos debe verse como una oportunidad bendita. No todos reciben la bendición de poder hacer algo de valor eterno para nuestros jóvenes. ¡Qué privilegio ser un narrador cristiano! Sacar el máximo provecho de ella.

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Acerca de Todo Adventista Techs

Nos encanta escribir y informar a las personas de nuestra comunidad cristiana-adventista sobre lo que esta pasando en nuestra iglesia, ademas de tambien dar recursos para el crecimiento espiritual de nuestros lectores. Esperamos que la informacion que compartimos en este blog, sea de bendicion para todos ustedes. -Todo Adventista Techs

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