Comienza cantando acapella, o con su guitarra, y recorre las iglesias de su ciudad, sin darse cuenta de está forma hace de la música parte de su vida. Es egresada de Licenciatura en Educación Musical de la Universidad Adventista de Chile.
En estos ya pasados 19 años vivió muchas etapas, participó de coros y conjuntos, pero desde el año 1999 comenzó su carrera como solista. El 6 de febrero del año 2000 une su vida a Claudio Pardo López, el cual apoya con todo su amor al Ministerio del cual hoy él también es parte, pues se convirtió no solo en su esposo, sino también en su representante y pilar del ministerio. El 28 de septiembre del año 2005 Dios les envía como un regalo del cielo a la pequeña Emily Hadassa la cual lleno más el hogar y ya es parte de este ministerio alabando a Dios junto a su madre en los conciertos. Hoy dedican sus vidas y tiempo completo a la obra de Dios.
Con sus recientes siete producciones ha llegado a muchos países como Perú, Bolivia, Argentina, Brasil, Ecuador, Colombia, Venezuela, Estados Unidos, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, San Salvador, España e Italia. Ha participado de grandes eventos ha estado en pequeñas y grandes iglesias y siempre con el mismo objetivo, mostrar a Cristo a través de la música.
Que toda la honra y toda la gloria sea siempre para Cristo nuestro Salvador.
Con sus recientes siete producciones ha llegado a muchos países como Perú, Bolivia, Argentina, Brasil, Ecuador, Colombia, Venezuela, Estados Unidos, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, San Salvador, España e Italia. Ha participado de grandes eventos ha estado en pequeñas y grandes iglesias y siempre con el mismo objetivo, mostrar a Cristo a través de la música.
Que toda la honra y toda la gloria sea siempre para Cristo nuestro Salvador.
“Cristo amado, un día me miraste y a pesar de ser pequeña y llena de imperfecciones me elegiste para tu obra. Llenaste mi corazón de música a la cual Tú le das sentido, pusiste a mi alrededor personas que durante todo este tiempo y día tras día me ayudan con sus cartas, sus sonrisas, sus lágrimas, su confianza, sus palabras de aliento y también de críticas con amor, a entender que este ministerio no es mío, sino tuyo y que tengo el privilegio y la responsabilidad de llevarlo adelante. ¡Pero Cristo, ¿Cómo podré? Tú eres mi fuerza Señor, y sé que mientras esté tomada de tu mano avanzaré mas allá de este mundo, avanzaré a la eternidad.
Cada alabanza es una oración de gratitud por tu amor mi Cristo amado”.
Cada alabanza es una oración de gratitud por tu amor mi Cristo amado”.
Fuente: Edith Aravena
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