Por: José Ángel Fuentes
¿ Qué tienen en común Tim Tebow, Nathan Kress y Kaká? Ellos tienen en común la castidad.
El actor Nathan Kress cree en los beneficios de la castidad, porque la ha practicado. Respecto a su relación de pareja, Nathan declaró: “Elegimos llegar castos al matrimonio, la Biblia enseña que el verdadero amor se encuentra en la noche de bodas. Para nosotros la primera noche fue bellísima”...
Kaká, el futbolista de la selección de Brasil, dijo al respecto. “Soy un chico normal. No fue fácil llegar al matrimonio sin haber estado nunca con una mujer. Con Caroline, nos besábamos y había deseo, pero siempre nos hemos contenido. Si hoy nuestra vida matrimonial es hermosa, creo que es porque hemos sabido esperar”.
Y Tim Tebow, jugador de las Águilas de Filadelfia, reveló en 2012 que solo deseaba iniciar su vida sexual en el matrimonio.
La castidad no es solo una enseñanza bíblica, es también un factor de bienestar, comprobado por la ciencia.
La castidad y el cuerpo
Se ha comprobado que la práctica de las relaciones sexuales antes o fuera del matrimonio pone en riesgo la salud. Hay muchas enfermedades de transmisión sexual. Estas son algunas: sífilis, sida, cervicitis, sarna, piojos púbicos, candidiasis genital, herpes oral y genital, verrugas genitales, uretritis masculina por clamidia, molusco contagioso, tricomoniasis, clamidia, enfermedad inflamatoria pélvica, vaginitis, faringitis gonocócica, hepatitis B y C, proctitis, condiloma acuminado, gonotoxemia (diseminada), chancro, gonorrea, granuloma inguinal, y linfagranuloma venéreo.
Las consecuencias de estas enfermedades varían, pero algunas son muy graves, como la sífilis. Esta enfermedad puede causar daños irreversibles de acuerdo a la fase en que se encuentre.4
Todas estas enfermedades pueden prevenirse con el método de Dios, la abstinencia del coito durante la soltería y el noviazgo, y la monogamia, una sola pareja sexual para toda la vida. El tratamiento de algunas enfermedades es caro, y otras no se curan. Además, los hijos, los nietos y aun los bisnietos pueden ser afectados por estos males, pues, como dice la Biblia, se transmiten hasta la tercera y a veces hasta la cuarta generación (ver Éxodo 20:5).
La castidad y la mente
Cada ser humano tiene una capacidad de amar. El ciento por ciento de esa capacidad debiera ejercerse en el matrimonio. Pero muchos la van dilapidando en sucesivas relaciones sexuales, y cuando llegan al matrimonio ya les queda muy poco.
La sexualidad femenina va más allá de un acto físico y una reacción química en el que la relación íntima cataliza las reacciones hormonales. La mujer se entrega emocionalmente. Se produce el fenómeno del apego. En la entrega, la costilla primigenia ha encontrado su cuerpo. Y si ya no es casta, cada nueva relación sexual le trae a ella recuerdos del primero con quien hubo copulado.
En el caso de las relaciones casuales que no pasan del nivel hormonal, cuando el varón termina y se da la vuelta ella se siente usada, como el objeto que es devuelto al armario después de haber prestado un servicio. Cuando una chica tiene relaciones sexuales, todo su cuerpo se prepara para la procreación. Las hormonas trabajan en espera de convertir aquel cuerpo en cuerpo de madre. Frustración y escepticismo con respecto al amor es el efecto psicológico que padece una chica cuando su entrega física y mental no es correspondida con los sentimientos de seguridad que solo genera el vínculo matrimonial. El cinismo es la moneda con la que pagan muchas chicas frustradas por el amor.
En cambio, cuando una mujer se entrega a su esposo, al hombre que públicamente le prometió a ella y se comprometió consigo mismo a darle amor y fidelidad de por vida, ella disfruta la afirmación de la relación, la fusión de su alma con la de su hombre, y luego la bonanza del idilio.
Por otra parte, si bien el varón no padece el mismo fenómeno hormonal de la fémina en el acto sexual, una y otra “conquista” realizada para apuntalar su autoestima masculina solo genera inmadurez emocional y egoísmo, que se traduce en dificultad para establecer un vínculo de amor sostenible en el tiempo.
Nunca es más viril el hombre que cuando respeta a la mujer que aún no es suya, porque no la ha desposado. Y nunca es ella más feliz que cuando su esposo la valora por lo que es y no por el placer carnal que produce.
Conclusión
Si te parece anticuado ser casto y procurar la pureza sexual, tal vez te interese saber lo que piensa de Nathan y de Kaká la famosa Paris Hilton: “No me burlo de ellos. Es algo genial que decidan mantenerse vírgenes. Creo que ellos son buenos chicos”.
Te recomiendo esperar hasta el matrimonio, para que el día de su boda y su luna de miel, tú y tu cónyuge reinventen el Edén, pues “estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban” (Génesis 2:25).
Fuente: EL Centinela
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